Auto nº 487/17 de Corte Constitucional, 20 de Septiembre de 2017 - Jurisprudencia - VLEX 701354453

Auto nº 487/17 de Corte Constitucional, 20 de Septiembre de 2017

Ponente:CARLOS LIBARDO BERNAL PULIDO
Fecha de Resolución20 de Septiembre de 2017
EmisorCorte Constitucional
ExpedienteICC-2989

Auto 487/17

Referencia: Expediente ICC-2989

Conflicto de competencia suscitado entre el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Penal y el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Mocoa (Putumayo), S.Ú..

Magistrado Ponente:

CARLOS BERNAL PULIDO

Bogotá D.C., veinte (20) de septiembre de dos mil diecisiete (2017).

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus atribuciones constitucionales y de los requisitos y trámites establecidos en el Decreto 2591 de 1991, profiere el siguiente,

AUTO

I. ANTECEDENTES

  1. W.A.O.C., quién actúa por intermedio de apoderado, instauró acción de tutela contra la Fiscalía Penal ante el Tribunal Superior Militar y el Juzgado de Instrucción Penal Militar de Puerto Leguízamo (Putumayo). Consideró vulnerados sus derechos fundamentales al debido proceso, a la defensa y a la igualdad, como consecuencia de las supuestas vías de hecho en que incurrieron las autoridades judiciales dentro de la actuación penal militar que se adelanta en su contra por el delito de homicidio culposo.

  2. El tutelante presentó la acción ante la Secretaría de la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, lugar de su residencia.

  3. El Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Penal, mediante auto del 18 de mayo de 2017, ordenó remitir la tutela al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Mocoa (Putumayo). La autoridad judicial se declaró carente de competencia para conocer del asunto, con fundamento en que: “el escrito de tutela carece de medios de conocimiento suficientes para inferir que la vinculación de la Fiscalía Delegada ante el Tribunal Superior Militar sea relevante y que, a través de la demanda de tutela, el actor pretende atacar las decisiones que profirió el Juzgado de Instrucción Penal Militar de Puerto Leguízamo (Putumayo), en el proceso que se adelanta en su contra. Por consiguiente, la competencia para conocer del presente asunto corresponde al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Mocoa”[1].

  4. El conocimiento del proceso le correspondió, luego, al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Mocoa (Putumayo), S.Ú., que, mediante auto del 24 de mayo del 2017[2], se declaró incompetente para conocer de la acción de tutela. Propuso conflicto negativo de competencias y ordenó enviar el expediente de la referencia a esta Corporación. Fundamentó la decisión en el siguiente argumento: “En consideración a que se trata de una solicitud de amparo del derecho al debido proceso, a la igualdad y de defensa, y acogiendo la jurisprudencia del máximo Órgano Constitucional, en cuanto a la competencia en materia de tutela, resulta dable suscitar conflicto de competencia frente al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá – Sala Penal, con el fin de que se mantenga la escogencia ‘a prevención’ del actor de presentar la acción de tutela en el lugar donde se produjeren los efectos de la vulneración de sus derechos. Así pues, en el presente asunto con el escrito de tutela se allegó el poder conferido (Fl 1), donde se indica su domicilio en la ciudad de Bogotá, siendo este el lugar escogido, y por ende en el que surge la competencia a prevención”[3].

  5. El expediente de la referencia se envió al despacho del suscrito Magistrado ponente mediante oficio del 8 de septiembre del 2017, tal y como aparece en la constancia secretarial obrante en el folio 2 del expediente del conflicto.

II. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

  1. La interpretación de las disposiciones relativas a la solución de los conflictos de competencia en materia de tutela

  2. La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha sostenido que, por regla general, la solución de los conflictos de competencia en materia de tutela le corresponde al superior jerárquico común de las autoridades judiciales entre las cuales se presenta la colisión[4]. Asimismo, que la competencia de la Sala Plena de la Corporación para conocer y dirimir esta clase de conflictos debe ser interpretada de manera residual y, en consecuencia, se activa en aquellos casos en los que las autoridades judiciales involucradas en el conflicto carecen de un superior jerárquico común[5].

  3. Para la Corte, las disposiciones relativas a la solución de conflictos de competencias deben ser interpretadas razonablemente, a la luz de la regulación de la acción de tutela. En aquellos casos en los que se prevea la tardanza en la adopción de una decisión de fondo, dentro de los términos perentorios que establece la Constitución Política y el Decreto 2591 de 1991, o cuando se constate que no se trata de un conflicto de competencia, sino que se advierta una discusión relativa a la interpretación de las reglas administrativas de reparto, previstas en el Decreto 1382 de 2000, no es justificable que se remita el expediente de tutela al respectivo superior, dada la necesidad de garantizar la eficacia del amparo como mecanismo para la protección efectiva de los derechos fundamentales en tensión, sin que ello implique la modificación de la competencia de que trata el artículo 18 de Ley 270 de 1996. En estos casos se impone aplicar los principios de sumariedad y celeridad que rigen la acción de tutela con el fin de garantizar un acceso oportuno a la administración de justicia[6].

  4. Tal interpretación no plantea una excepción a la regla general contenida en los artículos 256-6 de la Constitución Política y 112-2 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, que confieren al Consejo Superior de la Judicatura - Sala Jurisdiccional Disciplinaria -, la competencia para dirimir los conflictos que ocurran entre las distintas jurisdicciones. En estos casos se presenta un conflicto de competencias dentro de la jurisdicción constitucional y, por lo tanto, no es relevante que las autoridades judiciales involucradas pertenezcan a jurisdicciones diferentes, pues a todas ellas es común su pertenencia a la constitucional.

  5. Reglas de competencia y reparto en materia de acción de tutela

  6. La Corte Constitucional ha determinado que las únicas reglas de competencia en materia de acción de tutela son las contenidas en los artículos 86 de la Constitución Política y 37 del Decreto 2591 de 1991[7]. El primero dispone que la acción de tutela se puede presentar “ante los jueces en todo momento y lugar”, el segundo establece dos reglas específicas: (i) les compete a los jueces y tribunales con jurisdicción en el lugar donde ocurre la amenaza o vulneración, o donde se producen sus efectos, tramitar y decidir la acción (competencia en virtud del factor territorial) y, (ii) son de conocimiento de los jueces con categoría de circuito del lugar, las acciones de tutela contra los medios de comunicación.

  7. Con el fin de racionalizar y desconcentrar el conocimiento de las acciones de tutela, se expidió el Decreto 1382 de 2000, que reguló el procedimiento de reparto. Para la Corte, a partir de las consideraciones expuestas en el Auto 124 de 2009, la reglamentación no tiene por objeto definir reglas de competencia, sino de reparto, las cuales, “[...] se encaminan de forma exclusiva a la estructuración de pautas que deben ser utilizadas por las oficinas de apoyo judicial, cuando distribuyen las acciones de tutela entre los distintos despachos judiciales a los que les asiste competencia. Las reglas de reparto organizan la distribución de los asuntos entre varios jueces competentes por razón del principio de desconcentración, más no determinan concretamente el juez o jueces.”[8].

  8. De otra parte, se ha interpretado por esta jurisdicción que el término “a prevención”, contenido en los artículos 37 del Decreto 2591 de 1991 y 1 del Decreto 1382 de 2000, implica que cualquiera de los jueces que sea competente, de acuerdo con lo prescrito en los artículos 86 constitucional y 37 del Decreto 2591 de 1991, está autorizado para conocer de la acción de tutela. En consecuencia, es prohibido que los jueces promuevan conflictos aparentes de competencia en las acciones de tutela, con el argumento de que la oficina judicial no respeta la especialidad del juez o las reglas de reparto. Igualmente, la expresión se ha interpretado, en aplicación del principio pro homine, que hace referencia a la posibilidad con que cuenta la parte accionante para presentar la solicitud de amparo, en virtud del factor territorial, ante el juez, (i) con jurisdicción en el lugar donde ocurre la violación o amenaza de los derechos fundamentales, o, (ii) con jurisdicción en el lugar donde se producen los efectos de estas conductas. En estas dos posibilidades, se reitera, a elección de la parte accionante. Así las cosas, (i) los únicos conflictos de competencia en materia de acción de tutela son aquellos derivados de la inobservancia de las reglas previstas en el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, y, (ii) las discrepancias en relación con la aplicación de las reglas de reparto contenidas en los decretos 1382 de 2000 y 1834 de 2015 no dan lugar a conflicto de competencia alguno.

3. Caso concreto

  1. Si bien, en virtud de lo prescrito por el artículo 18 de la Ley 270 de 1996, los jueces involucrados tienen un superior jerárquico común, que es la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, esta Corporación ha considerado que en casos como este se habilita su competencia para resolver un conflicto de competencias[9]. Esta interpretación, reiterada de la Corporación[10], persigue evitar que la demora en la decisión puede comprometer la efectividad de los derechos fundamentales invocados, y garantizar los principios de celeridad, eficacia y acceso oportuno a la administración de justicia.

  2. Con fundamento en las consideraciones de esta providencia, y a la luz de lo dispuesto por el artículo 37 del Decreto 2591 de 1991, en el presente asunto se observa, de forma preliminar, que existían dos autoridades competentes para conocer del proceso de la referencia en el momento de su presentación: por un lado, la del lugar en el que presuntamente ocurrió la vulneración de las garantías alegadas, esto es, en el municipio de Puerto Leguízamo (Putumayo), sede del Juzgado de Instrucción Penal Militar que adelanta el proceso penal en contra del tutelante, actuación de la cual se solicita la declaratoria de nulidad por vencimiento de términos y falta de competencia; y, por el otro, la del lugar donde se surten los efectos de dicha vulneración, esto es, en la ciudad de Bogotá, entidad territorial en la que se encuentra domiciliado el accionante y escogida por este, “a prevención”, para radicar su solicitud de amparo constitucional. Así las cosas, en el primer supuesto los jueces del municipio de Puerto Leguízamo (Putumayo) serían los competentes para conocer de la acción y, en el segundo, el conocimiento de la tutela estaría a cargo de los jueces o tribunales de la ciudad de Bogotá.

  3. Para la Corte, el presente conflicto de competencia debe resolverse a favor de aquel que hubiese escogido la parte accionante, siempre que respete alguna de las reglas decantadas por la Corte (supra párrafo 11), en cuanto al factor territorial de competencia, y a que se hizo referencia previamente.

  4. Así las cosas y como quiera que la voluntad del tutelante fue la de tramitar la acción en la ciudad de Bogotá, por corresponder al lugar donde surte sus efectos la presunta actuación violatoria de sus derechos fundamentales, la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de esa ciudad es el despacho judicial que debe asumir el conocimiento y trámite de la acción de tutela. Por consiguiente, la Sala dejará sin efectos el auto del 18 de mayo de 2017 proferido por dicha autoridad y ordenará se le remita el expediente para que, de forma inmediata, inicie el trámite y profiera decisión de fondo respecto del amparo solicitado, conforme a las previsiones del artículo 86 de la Constitución Política y del Decreto 2591 de 1991.

III. DECISIÓN

Con fundamento en las anteriores consideraciones, la Sala Plena de la Corte Constitucional,

RESUELVE

Primero.- DEJAR SIN EFECTOS el auto del 18 de mayo de 2017, que profirió el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Penal, mediante el cual se declaró incompetente para conocer de la acción de tutela presentada por W.A.O.C. contra la Fiscalía Penal ante el Tribunal Superior Militar y el Juzgado de Instrucción Penal Militar de Puerto Leguízamo (Putumayo).

Segundo.- REMITIR el expediente ICC-2989 al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Penal, para que, de forma inmediata, tramite y profiera decisión de fondo respecto del amparo solicitado.

Tercero.- Por Secretaría General, COMUNICAR al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Mocoa (Putumayo), S.Ú., la decisión adoptada en esta providencia, así como a las partes del proceso de tutela.

  1. y cúmplase,

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ

Presidente

CARLOS BERNAL PULIDO

Magistrado

DIANA FAJARDO RIVERA

Magistrada

ALEJANDRO LINARES CANTILLO

Magistrado

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO

Magistrado

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO

Magistrada

CRISTINA PARDO SCHLESINGER

Magistrada

JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS

Magistrado

ALBERTO ROJAS RÍOS

Magistrado

ROCÍO LOAIZA MILIÁN

Secretaria General (e)

[1] Folios 73 al 74, cuaderno principal.

[2] Folios 79 al 80, cuaderno principal.

[3] Folios 79 al 80, cuaderno principal.

[4] Autos 014 de 1994, 087 de 2001, 122 de 2004, 280 de 2006, 031 de 2008, 244 de 2011, 018 y 218 de 2014.

[5] Autos 170 A de 2003 y 205 de 2014. Esta interpretación se ha fundamentado, en especial, en lo dispuesto por el artículo 18 de la Ley 270 de 1996, según el cual, “[l]os conflictos de competencia que se susciten entre autoridades de la jurisdicción ordinaria que tengan distinta especialidad jurisdiccional y que pertenezcan a distintos distritos, serán resueltos por la Corte Suprema de Justicia en la respectiva Sala de Casación que de acuerdo con la ley tenga el carácter de superior funcional de las autoridades en conflicto, y en cualquier otro evento por la Sala Plena de la Corporación. Los conflictos de la misma naturaleza que se presenten entre autoridades de igual o diferente categoría y pertenecientes al mismo Distrito, serán resueltos por el mismo Tribunal Superior por conducto de las Salas Mixtas integradas del modo que señale el reglamento interno de la Corporación” (resaltado fuera del texto).

[6] Autos 159A y 170A de 2003.

[7] Auto 124 de 2009. Cfr. Auto 152 de 2009.

[8] Auto 170 de 2016.

[9] Ver, entre otros, los autos 13 de 2013, 280 de 2007, 240 de 2006, 167 de 2005 y 170A de 2003.

[10] I..

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR